Las pruebas o exámenes comunes que se utilizan para evaluar el estudio heoatico "funcionamiento del hígado" son, entre otras:
•Estudio enzimático:
Enzimas de necrosis(ALT, AST, LDH)
Enzimas de colestasis( FA, GGT)
Enzimas de masa ocupante (GGT, LDH)
Enzimas de síntesis (CHE)Enzimas de fibrinogénesis (GGT)
•Estudio metabólico:Proteico (Albúmina, Igs, Alfafetoproteína)
Estudio Lipídico (Colesterol, TG) Bilirrubina y ácidos biliares
•Coagulación:Factores dependientes vitamina K ( IP )Fibrinógeno
- Albúmina
- Alfa-1 antitripsina
- Fosfatasa alcalina (FA)
- Alanina transaminasa (ALT)
- Aspartato aminotransferasa (AST)
- Gamma-glutamil transpeptidasa (GGT)
- Tiempo de protrombina
- Bilirrubina en suero
- Bilirrubina en orina
- Lactato deshidrogenasa (DHL)
El término "pruebas de función hepática" (LFT) es aplicado a una variedad de pruebas de sangre para averiguar el estado general del hígado y del sistema biliar.
Las pruebas rutinarias de función hepática pueden dividirse entre las que son valores reales de la función hepática, como seroalbúmina o tiempo de protombina; y aquellas que son simplemente marcadores de la enfermedad hepática o del sistema biliar, como las diferentes enzimas hepáticas.
Además de las pruebas hepáticas usuales que se obtienen a través de los paneles automatizados de químicas serológicas rutinarios, los médicos podrían ordenar pruebas hepáticas más específicas, como las pruebas de serología viral o las pruebas autoinmunes que, cuando son positivas, pueden determinar la causa específica de una enfermedad hepática.
Existen dos categorías generales de enzimas hepáticas.
El primer grupo incluye las enzimas transaminasas: alaninoaminotransferasa (ALT, por sus siglas en inglés) y la aspartato aminotransferasa (AST, por sus siglas en inglés), antes conocidas como SGPT y SGOT (por sus siglas en inglés). Estas son enzimas indicadoras del daño a la célula hepática.
El segundo grupo incluye ciertas enzimas hepáticas, como la fosfatasa alcalina (alk. phos.) y la gammaglutamiltranspeptidasa (GGT) las cuales indican obstrucción del sistema biliar, ya sea en el hígado o en los canales mayores de la bilis que se encuentran fuera de este órgano.
Las ALT y AST son enzimas en las células hepáticas que permean hacia la circulación sanguínea cuando existe daño en la célula hepática.
Se cree que la ALT es un indicador más específico de la inflamación hepática, mientras que la AST puede aparecer elevada en enfermedades de otros órganos, como el corazón o el músculo.
En caso de daño severo en el hígado, como en la hepatitis viral aguda, la ALT y la AST pueden estar elevadas desde niveles en las centenas altas hasta más de 1,000 U/L.
En la hepatitis viral aguda o en la cirrosis, el aumento de estas enzimas puede ser mínimo (menos de 2-3 veces de lo normal) o moderado (100-300 U/L). Aumentos leves o moderados de la ALT o la AST son no-específicos y pueden estar causados por una extensa gama de enfermedades hepáticas.
La ALT y la AST son a menudo usadas para valorar el avance de la hepatitis crónica, y la respuesta al tratamiento con corticosteroides e interferón.
La fosfatasa alcalina y la GGT se incrementan en una gran cantidad de trastornos que afectan el drenaje de la bilis, como cuando existe un tumor que bloquea el conducto normal de la bilis, o una enfermedad hepática causada por el alcohol o las drogas, que ocasiona un bloqueo del flujo de la bilis en los canales más pequeños dentro del hígado.
La fosfatasa alcalina puede hallarse también en otros órganos, como hueso, placenta e intestino. Por esta razón, la GGT se utiliza como una prueba suplementaria para asegurarse de que el incremento en la fosfatasa alcalina verdaderamente proviene del sistema biliar o del hígado.
En contraste con la fosfatasa alcalina, la GGT no aparece incrementada en la enfermedad de hueso, placenta o intestino.
Un incremento leve o moderado de la GGT en presencia de niveles normales de la alcalina fosfatasa es difícil de interpretar, y en muchos casos es causado por cambios en las enzimas de las células hepáticas inducidos por el alcohol o los medicamentos, pero sin que exista daño hepático.
La bilirrubina es el principal pigmento de la bilis en los humanos que cuando aumenta provoca la coloración amarilla de la piel y de los ojos llamada ictericia. La bilirrubina se produce cuando se degrada una sustancia en células rojas de la sangre llamada "heme". Se obtiene de la sangre que es procesada a través del hígado y luego es segregada por el hígado a la bilis. Las personas normales tienen una cantidad pequeña de bilirrubina circulando en la sangre (menos de 1.2 mg/dL).
Algunos trastornos, como la enfermedad hepática o la destrucción de los glóbulos rojos, ocasionan un incremento de la bilirrubina en la sangre.
Niveles mayores de 3 mg/dL se pueden manifestar como ictericia.
La bililrrubina puede aparecer incrementada en muchos tipos de enfermedad hepática o del tracto biliar, y también por razones no-específicas.
Sin embargo, la bilirrubina en sangre es considerada generalmente como un valor real de la función hepática (LFT) porque refleja la habilidad del hígado de recoger, procesar y segregar la bilurrubina a la bilis.
La seroalbúmina y el tiempo de protombina (PT, por sus siglas en inglés) son otras pruebas comúnmente utilizadas como indicadores de la función hepática.
La albúmina es una proteína importante que es producida en el hígado. Una enfermedad hepática crónica ocasiona una disminución en la cantidad de albúmina producida.
Por lo tanto, en casos más avanzados de enfermedad hepática, el nivel de seroalbúmina disminuye (menos de 3.5 mg/dL).
El tiempo de protombina es una prueba que se utiliza para valorar la coagulación sanguínea.
Los factores de coagulación sanguínea son proteínas producidas por el hígado.
Cuando el hígado tiene daño severo estas proteínas no son producidas normalmente.
El tiempo de protombina es también un indicador útil de la función hepática, ya que existe una buena correlación entre las anormalidades en la coagulación medidas por el tiempo de protombina y el grado de disfunción hepática. Usualmente el tiempo de protombina es reportado en términos de segundos y comparado con la sangre de un paciente control normal.
Ciertas pruebas específicas y especializadas podrían utilizarse para hacer un diagnóstico preciso de la causa de una enfermedad hepática.
Un incremento en el hierro en sangre, en el por ciento de saturación de hierro en sangre, o de la proteína que almacena el hierro, ferritina, puede indicar la presencia de hemocromatosis, una enfermedad hepática asociada al almacenamiento excesivo de hierro.
En otra enfermedad que envuelve el metabolismo anormal de los metales, enfermedad de Wilson, existe una acumulación de cobre en el hígado, una deficiencia de ceruloplasmina en sangre y una secreción excesiva de cobre en la orina.
Niveles reducidos en sangre de alfa-1 antitripsina podrían indicar la presencia de una enfermedad pulmonar y/o hepática en niños o adultos con deficiencia de Alfa-1 Antitripsina.
Una prueba positiva de anticuerpos antimitocondriales es indicativo de una condición subyacente de cirrosis biliar primaria.
Incrementos marcados de seroglobulina, otra proteína en la sangre, y la presencia de anticuerpos antinucleares (ANA) o anticuerpos antimúsculo liso son claves para el diagnóstico de la hepatitis autoinmune.
Por último, hay pruebas de sangre específicas que permiten un diagnóstico preciso para la hepatitis A, B, C y D.
Notas.-
(1) El Hígado, en el ser humano, juega un rol fundamental dadas sus múltiples funciones y características y por ello es parte integrante en todas las formas de disfunción, explicando a través de su funcionamiento la presencia de múltiples alteraciones biológicas.
Es así, que en toda terapia funcional, debe considerarse un análisis de sus grandes funciones, a fin de descartar como causas locales, algunas de sus múltiples manifestaciones, evitándose con ello el clásico error del tratamiento de tipo sintomático en lugar del fenómeno causal.
(2) LAS FUNCIONES HEPATICAS
Como recordatorio de la importancia de este órgano, dentro de nuestra labor de diagnóstico y terapéutica señalaremos algunas de las múltiples funciones hepáticas las que se indican a continuación:
- la función biliar : génesis de la urobilina y sales biliares
- metabolismo de : hidratos de carbono, grasas, proteínas y del agua
- formación del ácido úrico
- la función antitóxica, inmunológica antibacteriana y antiviral
- la función oxalopoiética, oxalolítica y ocromagoga - la limpieza de la sangre y la regulación del volumen sanguíneo
- la formación del colesterol y la urea
- la formación y almacenamiento del glicógeno También tiene especial participación en:
- la formación de factores coagulantes
- el metabolismo electrolítico del calcio, fósforo y del magnesio.
- el reciclaje hormonal con las glándulas de secreción interna
- la relación con la calidad de la circulación sanguínea - la relación con calidad de la piel con el equilibrio ácido-básico - con el sistema nervioso, etc.
2º) Pruebas de la función renal
Las pruebas o exámenes de la función renal son procedimientos comunes empleados para evaluar el funcionamiento del riñón.
Remítase a los siguientes documentos para obtener detalles sobre la forma como se realiza cada examen.
- Nitrógeno ureico en sangre (BUN)
- Creatinina en sangre
- Depuración de la creatinina
- Creatinina en orina
3º) Pruebas y marcadores enfermedad celiaca.
La enfermedad celiaca (EC) se define como una intolerancia permanente al gluten, cuyo diagnóstico es la biopsia intestinal.
Estos marcadores serológicos para el diagnostico precoz actualmente utilizados son :
- Anticuerpos antigliadina,
- Anticuerpos antiendomisio,
- Anticuerpos antitransglutaminasa)
- Alfa 1 antiglucoproteina acis¡da.
- ANTIC. ANTI RETICULINA IGA
Cuando existe una sospecha clínica y en las formas oligosintomáticas. Asimismo, en los grupos de riesgo, los marcadores serológicos también se emplean para el cribado de estos enfermos en estado asintomático.
Sin embargo, ningún marcador serológico tiene el 100% de sensibilidad ni el 100% de especificidad para el diagnóstico de EC, por lo que la biopsia intestinal debe realizarse independientemente de estos marcadores.
De la misma forma, los marcadores serológicos permiten la monitorización de la dieta en estos pacientes, tanto para la vigilancia del correcto cumplimiento de la alimentación exenta de gluten como para valorar la respuesta tras su reintroducción programada (provocación).
Introducción
La enfermedad celiaca (EC) se define como una intolerancia permanente al gluten, y más concretamente a su fracción proteica, la gliadina, así como a las proteínas análogas del centeno, la avena y la cebada1, 2.
La toxicidad de la avena está en revisión en los últimos años3, 4. El consumo de estas proteínas conduce, en individuos con una cierta predisposición genética (HLA DQ2 y HLA DQ8, entre otros marcadores), a una atrofia de las vellosidades y a una hiperplasia de las criptas yeyunales.
MARCADORES SEROLOGICOS DE ENFERMEDAD CELIACA
De individuos con riesgo de presentar EC, creando programas de escrutinio entre estos grupos, como son los familiares de primer grado de los pacientes celiacos, individuos con síndrome de Down, pacientes con diabetes mellitus tipo 1, etc.; así como pacientes con anemia ferropénica refractaria al tratamiento, hipertransaminasemia, alteraciones del esmalte dental.
La determinación de los antígenos de histocompatibilidad (HLA), y más específicamente la presencia de los antígenos DQ2 o los DQ8, puede ocasionalmente establecer un criterio mayor de riesgo y obligar a un seguimiento exhaustivo de estos pacientes; sin embargo, estos antígenos también se encuentran en un porcentaje de la población general no celiaca.
El 95% de los pacientes celiacos son DQ2, pero sólo el 2% de los individuos DQ2 desarrolla una EC1, 5.
La EC puede desarrollarse a cualquier edad de la vida, desconociéndose cuáles son los factores ambientales que actúan como desencadenantes, por lo que en el momento de definir un programa de diagnóstico precoz, lo difícil es establecer cuándo hay que iniciarlo, a qué edad, con qué frecuencia, en qué poblaciones y durante cuánto tiempo.
Principales marcadores serológicos
- Los anticuerpos antigliadina.
- Anticuerpos dirigidos frente a distintos antígenos tisulares, son los llamados marcadores tisulares.
- Anticuerpos antigliadina30-33.
- Los AAG séricos son predominantemente de clase IgA e IgG;
- Métodos de enzimoinmunoanálisis (ELISA).
- Los anticuerpos antiendomisio (AAE) clase IgA,
- Y los anticuerpos antitransglutaminasa de clase IgA (TGt).
¿Cómo se hace el diagnóstico de la enfermedad celíaca?
Signos y exámenes:
Albúmina (puede estar baja)
Fosfatasa alcalina (un nivel alto puede ser signo de pérdida ósea)
Anomalías en los factores de Coagulación Colesterol (puede estar alto)
Conteo sanguíneo completo (CSC, examen para anemia)
Enzimas hepáticas (transaminasas)
Tiempo de protrombina.
4º) Funcionamiento del Riñón evaluado por la Creatinina
La creatinina es un compuesto orgánico generado a partir de la degradación de la creatina (que es un nutriente útil para los músculos).
Es un producto de desecho del metabolismo normal de los músculos que usualmente es producida por el cuerpo en una tasa muy constante (dependiendo de la masa de los músculos), y normalmente filtrada por los riñones y excretada en la orina.
La medición de la creatinina es la manera más simple de monitorizar la correcta función de los riñones.
Fisiología: Principalmente es filtrada por el riñón, aunque una cantidad pequeña es activamente secretada.
Hay una cierta reabsorción tubular de la creatinina, pero ésta es compensada por un grado más o menos equivalente de la secreción tubular.
Si el filtrado del riñón es deficiente, los niveles en la sangre se elevan.
Este efecto es usado como indicador de la función renal. Sin embargo, en los casos de disfunción renal severa, la tasa de separación de la creatinina será sobrestimada porque la secreción activa de la creatinina explicará una fracción más grande de la creatinina total despejada.
Una creatinina y un BUN más altos de lo normal también pueden ser indicativos de deshidratación cuando el cociente de BUN a creatinina es anormal, con niveles de BUN elevándose más alto que los niveles de creatinina. Los hombres tienden a tener niveles más altos de creatinina porque tienen músculos esqueléticos más grandes que los de las mujeres.
Uso en diagnóstico: Medir la creatinina del suero es una prueba simple y es el indicador más común de la función renal.
Una subida en los niveles de creatinina de la sangre solamente es observada cuando hay un marcado daño en los nefrones(RC).
Por lo tanto esta prueba no es conveniente para detectar estados tempranos de enfermedad del riñón.
Una mejor valoración de la función del riñón es dada por la prueba de aclaramiento de creatinina.
La separación de creatinina puede ser calculada con precisión usando la concentración de la creatinina del suero y alguna o todas las variables siguientes: sexo, edad, peso, y raza según lo sugerido por la National Diabetes Association con una recolección de orina de menos de 24 horas.
Algunos laboratorios calcularán el ClCr si está escrito en la forma de solicitud de la patología; y, la edad, el sexo, y el peso necesarios son incluidas en la información del paciente.
Interpretación: - En los Estados Unidos, los niveles de creatinina son típicamente expresados en mg/dl.
- En Canadá y Europa puede ser usado μmol/litro [μM]. 1 mg/dl de creatinina son 88.4 μmol/l.
El rango típico de referencia para las mujeres es estimado de 0.5 a 1.0 mg/dl (cerca de 45 a 90 μmol/l), para los hombres es de 0.7 a 1.4 mg/dl (60 a 110 μmol/l).
Mientras que una línea base de 2.0 mg/dL (150 μmol/l) de creatinina en el suero puede indicar una función normal del riñón en un fisioculturista masculino, una creatinina del suero de 0.7 mg/dl (60 μmol/l) puede indicar una enfermedad renal significativa en una frágil mujer anciana.
Más importante que un nivel absoluto de creatinina es la tendencia de los niveles de la creatinina en un cierto plazo. Un nivel creciente de creatinina indica daño del riñón, mientras que un nivel de creatinina que declina indica una mejora de la función del riñón.
Significado de los resultados anormales:
1º) Los niveles superiores al nivel normal pueden ser indicio de: Necrosis tubular aguda Deshidratación Nefropatía diabética Eclampsia (una condición del embarazo que incluye convulsiones) Glomerulonefritis Distrofia muscular Preeclampsia (hipertensión inducida por el embarazo) Pielonefritis Reducción del flujo de sangre renal (shock, insuficiencia cardíaca congestiva) Insuficiencia renal Rabdomiólisis Obstrucción del tracto urinario.
2º) Los niveles inferiores al nivel normal pueden ser indicio de: Distrofia muscular (etapa avanzada) Miastenia grave.
3º) Otras condiciones adicionales bajo las cuales se puede llevar a cabo este examen son: Síndrome nefrítico agudo Síndrome de Alport Enfermedad renal ateroembólica Insuficiencia renal crónica Infección del tracto urinario complicada (pielonefritis) Síndrome de Cushing Demencia debido a causas metabólicas Dermatomiositis Toxicidad por digitálicos Síndrome de Cushing ectópico Enfermedad renal en estado terminal Epilepsia Convulsión tónico-clónica generalizada Síndrome de Goodpasture Síndrome urémico hemolítico Síndrome hepatorrenal Nefritis intersticial Nefritis por lupus Hipertensión maligna (nefrosclerosis arteriolar) Enfermedad quística medular GN membranoproliferativa I GN membranoproliferativa II Diabetes no insulino-dependiente Polimiositis del adulto Azotemia prerrenal Amiloide primario Glomerulonefritis rápidamente progresiva (semilunar) Amiloide sistémico secundario Púrpura trombocitopénica trombótica Tumor de Wilms
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