El asma
- ALVEOLO PULMONAR
- El asma es una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por la constricción reversible, o parcialmente reversible, de las vías aéreas (bronquios).
Los bronquios son conductos musculares que conducen el aire a través de los pulmones, llegando hasta las vías respiratorias más pequeñas llamadas bronquiolos.
Cuando se sufre asma, las paredes de las vías respiratorias se inflaman y se hinchan.
Esta reacción dificulta el paso del aire, lo que puede causar la aparición de sibilancias (sonido de la respiración fatigosa), dificultad respiratoria, o tos.
Los episodios o ataques agudos de asma aumentan este efecto constrictor de la musculatura de los bronquios, y producen cantidades excesivas de moco.
El diámetro del bronquio puede disminuir hasta tal punto que la cantidad de aire que puede pasar es mínima.
Esto provoca que la persona afectada, además de presentar tos y sibilancias, sienta una fuerte presión en el pecho, así como una gran dificultad para respirar.
Aunque no se conoce exactamente la causa que los desencadena, los ataques de asma pueden tener lugar en cualquier momento, pero son más frecuentes durante la noche y la mañana.
Si estos ataques son graves, pueden llegar a poner en peligro la vida del individuo, generalmente requiriendo atención médica inmediata.
Aproximadamente un 5% de adultos padece asma.
En el caso de los niños, la cifra llega hasta el 12%, convirtiéndola en una de las enfermedades crónicas más frecuentes en este grupo de población.
Antes de la pubertad, la incidencia es mayor en niños que en niñas.
Después de esta etapa, la situación se invierte.
Su prevalencia es superior en áreas urbanas que en áreas rurales.
Actualmente, aunque el asma no se puede prevenir ni curar, es una enfermedad controlable, y la mayoría de la gente que la padece puede llevar una vida activa y prácticamente con total normalidad.
Clasificación en función de la gravedad y frecuencia de los síntomas:
1) leve intermitente.
2) leve persistente.
3) moderada persistente.
4) grave persistente.
5) Aquellos sujetos con asma de tipo leve intermitente generalmente sólo presentan episodios de forma esporádica, sin presentar síntomas en ningún otro momento.
6) A su vez, aquellos sujetos con asma de tipo grave persistente generalmente necesitan tomar, diariamente, varios fármacos para poder controlar la enfermedad.
La causa exacta del asma es desconocida, pero se sabe que se trata de una compleja interacción de diferentes factores.
Los factores desencadenantes de los ataques de asma son ligeramente diferentes para cada sujeto. Aunque no todas, muchas personas que padecen asma también son alérgicas a otras sustancias específicas.
En estas personas, los ataques de asma pueden ser desencadenados por los alergenos a los que son sensibles.
Los bronquios reaccionan a los alergenos en suspensión que se encuentran en el aire del hogar, del lugar de trabajo y en el medio ambiente, como el polen, la contaminación, el moho, los ácaros del polvo, las cucarachas y los humos.
Los episodios de asma también pueden estar causados por estrés, respuestas emocionales fuertes (risa, llanto e ira), ejercicio, y la exposición a aire frío. En algunas personas, los beta-bloqueantes, el ácido acetilsalicílico, los sulfitos presentes en el vino y en los frutos secos, y las infecciones, también pueden desencadenar episodios de asma.
Otras enfermedades pulmonares y estados fisiológicos pueden tener síntomas similares al asma, coexistir con él, y/o exacerbarlo. Así la enfermedad por reflujo gastroesofágico puede desencadenar o empeorar dichos episodios.
Se centran en la evaluación y el seguimiento de la enfermedad, la educación de los pacientes e impulsar la participación en el control de su enfermedad, controlando los factores medioambientales que pueden desencadenar o exacerbar los ataques de asma, así como el uso de medicamentos adecuados.
Además, recomiendan la evaluación de la discapacidad que provoca en el paciente, así como el riesgo de la aparición de efectos secundarios, el agravamiento de la enfermedad, y la pérdida de función pulmonar.
Pruebas relacionadas
El objetivo principal de las pruebas que se realizan inicialmente es el diagnóstico de la enfermedad y la evaluación de su gravedad.
Estas pruebas pueden solicitarse para diferenciar el asma de otras enfermedades que presentan síntomas similares, así como para identificar la presencia de condiciones, como alergias, con capacidad de desencadenar o agravar los episodios de asma.
Algunos de los objetivos de las pruebas de seguimiento son monitorizar la función pulmonar y controlar el asma, así como evaluar y solventar los ataques, e identificar y tratar las complicaciones y efectos secundarios que puedan aparecer.
Pruebas de función pulmonar y Estudios de Imagen
Son las principales pruebas que se realizan para el diagnóstico, evaluación y seguimiento del asma.
Diagnóstico del asma
Una historia clínica y un examen físico exhaustivos, centrándose en el tórax y en las vías respiratorias.
1º)Espirometría:
Mide la capacidad respiratoria y velocidad de espiración y es usada para determinar la cantidad de obstrucción pulmonar.
La espirometría puede ser medida después del inicio del tratamiento para evaluar la efectividad de este.
Una espirometría, para los pacientes mayores de 5 años, para comprobar que la obstrucción de las vías aéreas es reversible, o parcialmente reversible, con la inhalación de un broncodilatador de acción corta.
Esta prueba mide la cantidad y la tasa de expulsión de aire mientras el paciente sopla a través de un tubo.
2º) Prueba de metacolina:
Usada mayormente en adultos, se hace inhalar metacolina, el cual causa que las vías respiratorias se vuelvan angostas en presencia de asma, haciendo caer los valores de función pulmonar.
Los efectos de la metacolina se revierten con un broncodilatador al final de la prueba.
3º)Saturación de oxígeno y gasometría en casos más severos.
4º) Radiografía
La rayos X de tórax puede ser usada para visualizar los pulmones, el corazón y los huesos del tórax.
El asma produce ciertas características que pueden ser visualizadas en una radiografía de tórax.
El estudio radiológico se indica cuando al paciente en primera exploración.
A todo niño asmático conocido que tenga síntomas súbitos para descartar la posibilidad de un cuerpo extraño, laringotraqueobronquitis, neumonía u otras patologías; cuando la respuesta al tratamiento sea mala; cuando se ausculten sonidos agregantes además de los sibilantes y cuando el paciente tenga un cambio en el comportamiento de sus crisis de asma.
Las imágenes de atrapamiento de aire tienden hacia los espacios intercostales lo que horizontaliza las costillas en la radiografía.
Como hay edema, se puede apreciar un infiltrado rodeando los hilios pulmonares bilaterales que no es más que edema peribronquial con tal contenido mucoso que se visualiza en la radiografía como aumento de la trama bronquiovascular.
Evaluación y seguimiento del asma
- Espirometría – para evaluar la función pulmonar
Determinación del Pico de Flujo Expiratorio (PFE) – mide la capacidad de los pulmones de expulsar el aire o de la velocidad a la que puede ser expirado el aire.
Esta prueba utiliza un pequeño dispositivo denominado Medidor de Flujo Expiratorio, que el paciente puede utilizar en su casa para monitorizar la función pulmonar.
- Oximetría de pulso – método no invasivo para la monitorización continua de la saturación de O2. Puede utilizarse en un servicio de urgencias o en un hospital para evaluar el estado de oxigenación.
- Radiografía de tórax.
- Prueba del óxido nítrico exhalado – - La FDA ha autorizado esta prueba de aliento, que mide el óxido nítrico en aire expirado.
- El óxido nítrico es una sustancia presente de forma normal, en muy pequeñas cantidades, en el aliento, pero aumenta con la presencia de inflamación de las vías aéreas, como en los pacientes con asma.
Estos niveles pueden aumentar y disminuir en función de la efectividad del tratamiento antiinflamatorio.
Aunque esta prueba puede ser útil para la orientación del tratamiento en este tipo de pacientes, las guías de la NAEPP todavía no recomiendan su utilización, por lo que su uso es muy limitado.
Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio se utilizan para ayudar a descartar condiciones diferentes al asma que causan síntomas similares, así como para identificar y evaluar las complicaciones que puedan aparecer.
Durante los ataques de asma graves, las pruebas pueden solicitarse para evaluar y monitorizar la función de los órganos, los niveles de oxígeno, y el equilibrio ácido-base del organismo.
- Pruebas de alergia.
- Análisis de sangre específicas para el/los alergénos sospechosos de causar los síntomas, como los ácaros del polvo, el moho, y el polen. Pueden solicitarse para ayudar a identificar los factores desencadenantes del asma.
- Gases en sangre – a partir de una muestra de sangre arterial se evalúa el pH, saturación de oxígeno y de dióxido de carbono. Puede solicitarse cuando el pacientes está padeciendo un ataque de asma.
- Hemograma – para evaluar las células sanguíneas
- Teofilina – monitorización de las concentraciones sanguíneas si el paciente toma esta medicación
- Pruebas de fibrosis quística – para descartar la presencia de esta enfermedad
- Cultivo de esputo – para diagnosticar infecciones pulmonares causadas por bacterias
- Frotis y cultivo para micobacterias – para diagnosticar micobacterias tuberculosas y no tuberculosas
- Biopsia pulmonar – para evaluar el daño del tejido pulmonar y la presencia de cáncer
- Citología del esputo – solicitada de forma ocasional para evaluar las células pulmonares.
En algunos pacientes afectos de asma pueden aparecer aumentos de eosinófilos y neutrófilos.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento del asma son:
Prevenir o minimizar el número de ataques de asma que presenta el paciente
Solucionar los ataques de asma de forma rápida y reducir las visitas a los servicios de urgencias y las hospitalizaciones
Conseguir y mantener un buen control de la enfermedad
Minimizar y retardar la progresión del daño pulmonar
Identificar, tratar, y solucionar, siempre que sea posible, las situaciones que agravan la enfermedad y las complicaciones asociadas a ella, o los efectos secundarios de los medicamentos administrados
Educar a los pacientes y convertirlos en parte integral de su propio tratamiento
Fomentar un estilo de vida activa y normal
La prevención de los episodios de asma es la combinación de intentar evitar aquellas sustancias que desencadenan los episodios, junto con un buen control de la enfermedad, así como el hecho de reconocer y hacer frente a los primeros signos de de un ataque inminente. - El tratamiento del asma se adapta a cada sujeto en particular y depende de la gravedad de la enfermedad.
- Incluso los sujetos con asma de tipo leve intermitente, ocasionalmente pueden presentar episodios agudos graves.
Los pacientes deben realizar un trabajo junto con el médico para comprender la enfermedad y controlarla, ya sea la suya o la de sus hijos, así como poder llegar a determinar los fármacos más adecuados para su caso a largo plazo.
Junto con el médico se debe desarrollar un plan de tratamiento que sirva de guía para el control diario de la enfermedad, para el momento en que tiene lugar un ataque de asma, y como ayuda para determinar cuando es necesario buscar atención médica.
El médico debe conocer la enfermedad en su totalidad, así como los medicamentos que se están tomando, para determinar la mejor opción de tratamiento.
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Laboratorio de Análisis Clínicos en Huelva
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