Obesidad infantil:
Dentro de la obesidad infantil debemos diferenciar aquellos niños que tienen una enfermedad genética endocrina, de aquellos cuya obesidad está producida por la ingesta de dietas hipercalóricas, o en menor medida por la escasa actividad física y quizás también por una predisposición genética para conservar y almacenar energía.
Esta última, denominada obesidad simple, abarca el 99% de los casos.
Aproximadamente el 80% de los niños y adolescentes obesos lo seguirán siendo en la edad adulta.
¿Cuándo se produce la obesidad?
En el desarrollo del niño existen tres periodos asociados a riesgo de ganancia de grasa que son la infancia temprana antes del destete, la preadolescencia y estiron puberal y los adolescentes, antes del embarazo y la lactancia.
La obesidad desarrollada durante estos periodos de depósito de grasa rápida y fisiológica es menos peligrosa que la que tiene lugar en niños que empiezan a ganar peso, cuando fisiológicamente tendrían que adelgazar. Estos, tienen más posibilidades de padecer una obesidad persistente.
¿Por qué se produce la obesidad?
La obesidad es una enfermedad compleja.
Es el resultado de lacombinación de factores ambientales, genéticos, conductuales, deestilos de vida, neuroendocrinos y alteraciones metabólicas.
Factores genéticos:
En cerca del 30% de los niños afectos de obesidad, ambos padres también lo son.
El riesgo de obesidad de un niño es 4 veces mayor si uno de los padres es obeso y 8 veces mayor si ambos lo son.
En una familia genéticamente predisponente, el riesgo de ser obeso puede estar atribuido al seguimiento de hábitos similares en la alimentación.
Esta base genética puede actuar através de diferentes mecanismos entre los que se encuentran la preferencia por determinado tipos de comidas, gasto energético, patrón de crecimiento, distribución de la grasa, efecto termogénico de los alimentos y grado de actividad física.
Factores ambientales:
El exceso de alimentación durante el periodo prenatal y la lactancia, la malnutrición materna, el tipo de estructura familiar, el nivel socioeconómico, el clima, la falta de ejercicio físico y el fácil acceso a la comida están implicados en la patogénesis de la obesidad en la infancia.
Existe una relación directa entre horas que se ve la televisión y el riesgo de obesidad.
Ver la televisión es el factor predictivo más importante en la adolescencia porque no sólo reemplaza actividades que consumen más energía, si no que da la posibilidad de comer más mientras se ve a personajes televisivos con mal hábito alimentario.
Factores relacionados con el gasto energetico:
Excesos relativamente pequeños en la ingesta energética, pero mantenidos durante largo tiempo, producen aumentos significativos en la grasa corporal.
No está claro si la obesidad está causada por una ingesta excesiva o por un gasto reducido.
El conocimiento de la ingesta de alimentos en los niños es de gran importancia para conocer su estado nutricional.
Para ello se emplean distintas encuestas nutricionales, donde se recogen los alimentos y bebidas ingeridas y la frecuencia de consumo en un tiempo determinado.
Esta recogida de datos reflejar de forma objetiva la ingesta real del niño, ya se observa una tendencia a disminuir la ingesta habitual mientras dura el registro.
¿Qué complicaciones puede acarrear la obesidad?
Es muy importante la repercusión sobre el desarrollo psicológico y la adaptación social del niño. En general los obesos no están bien considerados en la sociedad.
Por ello suelen expresar un sentimiento de inferioridad y rechazo, disminuyendo su autoestima.
Suelen tener dificultad para hacer amigos, actitudes antisociales, aislamiento,depresión e inactividad.
Todo ello les lleva a aumentar la ingesta de alimentos, perpetuándose así el problema.
Es difícil saber si estos trastornos psicológicos preceden a la obesidad o son consecuencia de la misma.
La persistencia de obesidad infantil hasta la edad adulta aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades del tipo de la Diabetes Mellitus, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, e inflamación o calculos en la vesícula biliar.
Muchos niños por la falta de ejercicio físico o por una alimentación inadecuada con escasa cantidad de fibra presentan estreñimiento.
Algunos niños muestran un crecimiento lineal avanzado y edad ósea adelantada, siendo precoz en ellos la maduración sexual y el estirón puberal, alcanzando sin embargo una talla media relativamente baja al alcanzar la vida adulta.
Otros por el contrario presentan un retraso en el desarrollo puberal que exacerba su obesidad.
En los varones prepuberales, es frecuente que la grasa suprapúbica oculte la base del pene disminuyendo su tamaño real.
También lo es, que se acumule grasa en la región mamaria sin que aumente el tejido glandular provocando ginecomastia.
Puede provocar problemas en la piel, como infecciones en los pliegues, facilidad para presentar hematomas ante pequeños traumatismos,o estrías.
No toleran el ejercicio físico como el resto de sus compañeros, y pueden tener dificultad respiratoria tanto haciendo ejercicio como durante el sueño.
El exceso de peso provoca sobrecarga para el aparato locomotor siendo frecuente los trastornos ortopédicos.
¿Cómo se trata la obesidad?
La detección y tratamiento temprano de la obesidad son esenciales.
El éxito reside en las pautas de alimentación a seguir inculcando hábitos de conducta alimentaria y de estilo de vida apropiados que promuevan a largo plazo la disminución del peso, intentando establecer objetivos semanales.
Hay que mantener el peso ideal sin afectar al crecimiento y desarrollo del niño, complementándolo con ejercicio físico al menos tres veces por semana con una duración e intensidad determinada y reducir las actividades pasivas.
La alimentación debe ser personalizada adecuándola a los gustos, horarios, nivel socioeconómico, y posibles complicaciones sobreañadidas.
Hay que evitar prohibiciones absolutas de algunos alimentos, ya que esto dificulta el seguimiento de los cambios en sus hábitos alimentarios.
Lo ideal es hacer un programa alimentario que incluya todo tipo de alimentos en las cantidades adecuadas,así evitaremos rechazos de los niños y familiares.
La base del tratamiento es conseguir que toda la familia modifique los hábitos alimentarios.
Han de realizarse, al menos, las comidas principales conjuntamente.
La obesidad es difícil de tratar, pero no imposible.
En algunos pacientes que presentan obesidad muy severa se pueden tulizar algunos fármacos que contribuyen a conseguir la pérdida de peso.
¿Cuándo prevenir la obesidad?
La prevención debe iniciarse desde los primeros años de la vida, momento en el que se establecen el estilo, los hábitos y conductas dietéticas.
Tanto la familia como la escuela son dos pilares básicos para inculcar unos hábitos alimentarios adecuados a los niños.
Del mismo modo el pediatra general, la enfermera y el dietista deben también contribuir de forma importante.
Perfil del Paciente Obeso
Contrariamente a la creencia de la mayoría de la gente no existe un perfil específico del paciente obeso, ya que la Obesidad no es considerada una enfermedad psiquiátrica.
Tampoco es considerada una enfermedad que afecte específicamente a individuos enfermos psiquiátricamente o con ciertos rasgos de Personalidad.
Otro aspecto a tener en cuenta es que, cuando se habla de Obesidad, hay que separar bien las causas de las consecuencias, algo que no siempre se hace de forma adecuada.
Por ejemplo, un número importante de pacientes obesos tienen sintomatología depresiva, pero en la mayoría de ellos dicha sintomatología es consecuencia de la enfermedad, no causa.
Podemos hacer referencia a que por consecuencias psicosociales, el obeso experimenta sentimientos de baja autoestima, aislamiento social, discriminación e incluso podría presentar patrones anormales de conducta.
Tras esos muros de tejido adiposo que encierran al ser humano como si fueran paredes de una prisión, se halla con frecuencia una persona frustrada que antepone su gordura a un mundo lleno de desilusiones.
El obeso se siente motivado por un sentimiento de inseguridad personal, de desconfianza en sí mismo, de incertidumbre de lo que el ser humano puede y debe hacer de su propia existencia. Es obvio que existen causas genéticas, trastornos endocrinos y metabólicos que generan obesidad, pero una importante mayoría de los casos son resultado simplemente de una sola causa: el comer demasiado.
El hombre es gordo porque come sin mesura.
El problema se convierte entonces en una cuestión psicológica.
La falsa creencia de que la obesidad es controlable y reversible alimenta la creencia de que las personas con sobrepeso "reciben lo que merecen y merecen lo que reciben" cuando sufren el prejuicio y la discriminación.
Consideremos la perspectiva de la persona con sobrepeso.
Experimentan la discriminación, pero más que sentirse enojados o atropellados pueden aceptar la noción de que lo merecen.
Esto es particularmente peligroso, así como el culparse, ya que puede conducir al distress psicológico, y problemas como depresión y actitudes negativas hacia el propio cuerpo, forma y peso.
A partir de lo mencionado podemos concluir que es fundamental no etiquetar al paciente obeso adjudicándole un determinado perfil, perfil que no tendrá validez científica y que nos cerrará la posibilidad de abordar cada caso en forma individual.
Aspectos Psicológicos
Cuando se habla de Obesidad hay que separar bien las causas de las consecuencias, por lo cual definiremos 3 grupos relacionados a los aspectos psicológicos:
A. Aspectos psicológicos que, en ese paciente particular, contribuyeron al desarrollo de la obesidad.
B. Aspectos psicológicos que, en ese paciente particular, son consecuencia de la obesidad.
C. Aspectos psicológicos que, en ese paciente particular, se presentan junto a la obesidad, sin poder considerarlos causa, ni consecuencia.
Se hace referencia a paciente particular ya que es fundamental no adjudicar automáticamente los aspectos relacionados en un paciente a otro paciente.
Algunas características que se repiten en algunos pacientes a partir de los 3 grupos mencionados:
A. Aspectos psicológicos que facilitan la obesidad, se pueden resaltar los siguientes: sintomatología ansiosa (preocupaciones excesivas por numerosos motivos, dificultades para dormir, contracturas musculares y dolores de cabeza), sintomatología depresiva (tristeza, desesperanza, baja autoestima, falta de placer en las actividades que uno hace), atracones y abuso sexual. Pueden estar juntos en un mismo paciente como sintomatología ansioso-depresiva y atracones.
B. Aspectos psicológicos que son consecuencia de la obesidad, se pueden resaltar los siguientes: sintomatología depresiva (más frecuente en las mujeres, sin duda por la enorme presión social para estar delgadas), sintomatología ansiosa y atracones.
En este caso, como en el anterior, puede estar juntos en un mismo paciente como sintomatología depresiva y atracones.
C. Aspectos psicológicos que se dan en pacientes obesos, independientemente de su obesidad. Se refiere a la variedad de factores y trastornos psicológicos presenten en el resto de la población.
Los trastornos emocionales del obeso se consideran actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación producidos pro el contexto social.
La imagen negativa del cuerpo, es un problema grave.
Ello conduce a una inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales. Se ha comprobado que los niños obesos tienen una pobre imagen de sí mismos y expresan sensaciones de inferioridad y rechazo.
Por lo tanto, suelen presentar dificultades para hacer amigos.
La discriminación por parte de los adultos o de los compañeros desencadena en ellos actitudes antisociales, que les conducen al aislamiento, depresión e inactividad, y frecuentemente producen aumento en la ingestión de alimentos, lo que a su vez agrava o al menos perpetúa la obesidad.
En la adolescencia el concepto de sí mismo es de tal importancia que cualquier característica física que les diferencie del resto de sus compañeros tiene el potencial de convertirseen un problema más grave, en concreto disminuyendo su autoestima.
Estos niños presentan frecuentemente alteraciones del comportamiento, síntomas de depresión y ansiedad.
También es más frecuente que las personas obesas coman compulsivamente, y que tengan una largo historial de desórdenes alimentarios que se caracterizan por los atracones y las variaciones de peso.
Nuestros cuerpos son nuestros compañeros a lo largo y ancho de nuestra vida, tenemos que convivir con ellos, y más nos vale llevarnos bien.
Todos los cuerpos son diferentes, ni siquiera dos personas gemelas son completamente idénticas, todos tienen cosas que nos gustan y cosas que no, pero todos son valiosos y nuestros.
Aceptarlos y quererlos como son es aceptarnos y querernos a nosotros y es un paso importante para una vida saludable y plena.
Desgraciadamente hay muchas presiones externas (publicidad, modas, estereotipos, etc.) que promueven sólo un tipo de cuerpos, que no valoran ni respetan la riqueza de la diversidad, y que amargan la vida a muchas personas.
Problemas psicológicos:
Miedo e inseguridad personal.
Pérdida de la autoestima.
Desorden de conductas alimentarías.
Perturbación emocional por hábitos de ingesta erróneos.
Distorsión de la imagen corporal.
Tristeza e infelicidad.
Ansiedad.
Depresión.
Frigidez e impotencia.
Culpabilidad
El trastorno de atracones compulsivos es una enfermedad que se parece a la bulimia nerviosa y se caracteriza por episodios de comilonas o atracones descontrolados.
Se diferencia de la bulimia porque quienes lo padecen no purgan su cuerpo del exceso de comida mediante el vómito ni el abuso de laxantes o diuréticos.
El Atracón tiene 2 características que deben cumplirse:
1º) Comer más rápido de lo habitual.
2º) Tener sensación de pérdida de control.
Como verán, nunca se menciona la cantidad, a pesar que la mayoría de la gente asocia el atracón a mucha cantidad de comida.
Si bien es cierto que gran parte de los atracones incluyen mucha comida, no siempre es así.
Por otro lado uno puede comer muchísimo y no tener un atracón.
Por ejemplo si uno va a un asado, come gran cantidad, pero nunca siente que ha perdido el control.
En este caso se habla de sobreingesta, no de atracón.
La sensación de pérdida de control en el atracón se puede dar de muchas maneras, un ejemplo importante es la culpabilidad durante y luego de comer.
La culpabilidad es un claro indicador que se perdió el control, al comer con culpa uno está comiendo algo que no quisiera comer, y si sigue comiéndolo a pesar de ello es porque se ha perdido el control.
Igualmente no toda comida con culpa es un atracón, recordemos la primera característica (comer más rápido de lo habitual).
Al trastorno por atracones se asocia habitualmente los trastornos del estado de ánimo tales como la depresión o la ansiedad.
La psicología ha intentado elaborar modelos explicativos de esta conducta de sobreingesta.
1) Uno de ellos establece que las personas obesas tienen problemas de personalidad que alivian comiendo en exceso.
2)Un segundo modelo explicativo considera la ansiedad como un factor determinante, ya que los obesos tienden a utilizar la sobreingesta para reducir la activación emocional ante una situación de alta ansiedad.
Después de un atracón se produce una gran insatisfacción con el propio cuerpo y la persona siente vergüenza, culpabilidad, desprecio y hasta asco hacia sí misma.
A pesar de que después de cada episodio se prometen que no lo volverán a hacer nunca más, este hábito se va automatizando, y lo que hace, a su vez, que se estén deprimidas, nerviosas, que sientan que no tienen control sobre su vida.
Los atracones, sobre todo si son regulares (por ejemplo cuando hay, como mínimo, un atracón por semana de promedio), facilitan la obesidad, además de generar mucha angustia, por lo cual deben ser tratados en forma específica.
Esto quiere decir con profesionales debidamente entrenados en el tratamiento de este tipo de cuadros y en el contexto de un Equipo Interdisciplinario.
La obesidad lleva camino de convertirse en la gran epidemia del siglo XXI, si fuera contagiosa.
Todos los expertos coinciden y razones no les faltan.
En España afecta al 15,5 por cien de la población, según aseguró en Valencia el responsable del servicio de Nutrición del Hospital Clínico de Madrid, el doctor Lucio Cabrerizo.
Pero las alarmantes cifras no son la única preocupación de los médicos.
Sólo el tres por cien de los obesos se cura, un porcentaje de recuperación “inferior al del cáncer”, reconoció este experto.
La prevención es la única arma para evitar su ‘propagación’
y en ella desempeña un papel prioritario conocer el perfil del afectado.
Mujer y casada“Nuestro perfil del obeso es el de una mujer mayor de 45 años, con bajo nivel socioeconómico y de instrucción, y casada”.
En el caso de los niños -el 14% ya es obeso- son determinantes la madre -si tiene el mismo problema-, el peso al nacer, la ausencia de lactancia materna, la bollería, no practicar deporte y ver la tele tres horas al día.
Autor:
Dra. Cristina Azcona San JuliánEspecialista en Pediatría. Unidad de Endocrinología PediatricaConsultor Clínico Departamento de PediatríaCLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
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